Autores: Luis Quintanar Rojas y Yulia Solovieva
Maestría en Diagnóstico y Rehabilitación Neuropsicológica, Facultad de
Psicología, Universidad Autónoma de Puebla, México.
La intención del análisis neuropsicológico de los problemas del aprendizaje escolar, es valorar el estado funcional de los factores y mecanismos neuropsicológicos, para garantizar las ejecuciones de las acciones escolares. El análisis debe tomar en cuenta el aprendizaje escolar como actividad central del niño; desde esta perspectiva el neuropsicólogo no visualiza el objeto de estudio (la memoria o la atención) como elemento indispensable en el análisis; sino concentraría su mirada en las acciones escolares básicas: lectura, escritura y cálculo. A partir de estas acciones escolares, se debe establecer el diagnóstico, para descubrir las causas de las dificultades que presenta el niño en el proceso de aprendizaje. Dicho diagnostico tiene que marcar la diferencia del tradicional (déficit de atención, disgrafia, dislexia y discalculia), estos términos simplemente son dificultades, síntomas, pero no descubren las causas neuropsicológicas de origen constitucional.
En cada actividad escolar los niños representan acciones, y operaciones. En dicha actividad el especialista debe identificar los mecanismos y factores neuropsicológicos (el éxito o el fracaso depende en gran medida de la participación de estos factores) que se relacionan con el funcionamiento cerebral, para una evaluación y diagnostico apropiado. El diagnóstico correcto permitirá elaborar los métodos adecuados para la corrección y la prevención de los problemas en el aprendizaje escolar.
El eje central del análisis neuropsicológico de los problemas en el aprendizaje, es la actividad escolar del niño (aprendizaje), las acciones educativas básicas de lectura, escritura y cálculo. En el artículo los autores conceden a la acción una fuerza canalizadora que a través de eslabones (mecanismos y factores neuropsicológicos) se intenta llegar a descubrir la causas neuropsicológicas que presenta el alumno durante el proceso de aprendizaje. Para los autores la acción tiene connotación más filosófica que psicológica, en este contexto entiéndase que la acción es más que una conducta, una actividad y una operación; entonces la acción es una respuesta externamente observable ( lectura, escritura y cálculos) pero supone también una interioridad (procesos cognoscitivos) esta acción, no solamente es una relación de estímulos y respuestas; sino que tiene un sentido de referencia a otro y otros elementos neuropsicológicos( unidad particular) ; es como un espiral, tenemos el punto de partida ( la actividad escolar) y vamos en busca de la causa ( disfunciones de los factores corticales) o trastornos cerebrales que afectan el proceso de aprendizaje.
Por tanto la acción es kinesis, movimiento continuo, consiste en un hacer (una búsqueda constante de la causa) un producir o generar algo que nos lleve a descubrir la causa generadoras de las dificultades en el aprendizaje; esta búsqueda de la causa, según los autores seda a través de los factores neuropsicológicos, para así determinar una evaluación y un correcto diagnóstico; por ejemplo si el niño tiene una limitación en el oído, es más probable que tenga las zonas cerebrales secundarias temporales del hemisferio izquierdo dañado, por ende estos factores tienen correlación directamente con dichas zonas o conjunto cerebrales; según ( Luria, 1973) hay doce factores neuropsicológicos que tienen relación con zonas cerebrales así, el análisis y síntesis, se correlaciona con zonas secundarias parietales del hemisferio izquierdo; retención audio verbal, con zonas secundarias temporales medias del hemisferio izquierdo; retención visual, con zonas secundarias occipitales; melodía cinética, con zonas secundarias posteriores premotoras del hemisferio izquierdo; dinámico, con zonas frontales posteriores de ambos hemisferios; programación y control, con zonas de los lóbulos terciarias frontales de ambos hemisferios; neurodinámica, con las estructuras subcorticales amplias; percepción espacial global; con el hemisferio derecho; percepción espacial analítica, con el hemisferio izquierdo; activación, con las estructuras medio basales e interacción hemisférica con el cuerpo calloso.
Si no se tiene en cuenta todo este proceso de potencial de acción, se tiende caer en un psicologismo, (reducción de elementos neurosicológicos al plano psicológico) comprimiéndolo todo al estudio de la memoria y la atención;( psicología pura) conduciéndonos a falsas evaluaciones y diagnósticos. Tradicionalmente se ha considerado como “verdadero diagnostico” (déficit de atención, dislexia, disgrafia y discalculia), según los autores estos términos (“diagnósticos”) son simplemente síntomas y solamente síntomas, pero no descubren las causas neuropsicológicas que se encuentran detrás de dichas dificultades.
Para una auténtica evaluación y diagnóstico correcto, los autores del artículo proponen un esquema de evaluación para determinar el diagnóstico neurosicológico, teniendo en cuenta cuatro puntos fundamentales:
a. la identificación de diversos síntomas, que indiquen una debilidad o amenaza en el desarrollo de factores neuropsicológicos.
b. Descubrimiento del síndrome o trastorno, en la cual se detecten las fortalezas y las debilidades, a través de la aplicación de pruebas y técnicas.
c. La identificación de las acciones y operaciones debido a la debilidad funcional de algunos factores.
d. La correlación de los factores débiles con las zonas cerebrales correspondientes.
Finalmente a modo de conclusión, una vez desarrollados todos los procesos mencionados arriba, el análisis se termina con una profunda evaluación, para finalmente dar un diagnostico satisfactorio y así poder fortalecer las debilidades del educando. Dicha evaluación nos lleva a detectar correctamente las causas neuropsicológicas de los problemas del aprendizaje. Una vez que el neuropsicólogo o el educador haya teniendo en cuenta los factores neurales en relación con las zonas cerebrales y los cuatro principios esenciales de evaluación, es fundamental trabajar en el contexto social, cultural, educativo y familiar. Se debe poner énfasis en la interacción del educador, el niño, los padres de familia, los docentes y la escuela.
El artículo es muy interesante, plantea nuevas y buenas propuestas de evaluación y de diagnóstico en los problemas de aprendizaje; pero se ha desarrollado un lenguaje más filosófico que neuropsicológico. Hay muchos cabos sueltos y términos, conceptos que explicar. A mi opinión falta un poco más de explayarse y explicar con términos pedagógicos en algunos conceptos.
Referencias.
• Quintanar Rojas Luis,y Solovieva Yulia, Universidad Autónoma Puebla facultad de psicología, México, 2005
Comentario. Mario G. Isla Chávez. Mg. En Neurociencia Educativa.